En vista de que la piel es el órgano más grande y extenso del cuerpo humano, podría decirse lo mismo del sentido del tacto ya que su principal órgano es la piel. Por ende, es el más importante ya que permite captar un sinfín de cantidades de estímulos que van desde la temperatura, las texturas de los materiales al que está expuesto, e incluso la presión dentro y fuera del organismo.
¿Cómo cuidar el tacto? Para niños es un tema complicado por lo expuestos que tienden a estar a los daños, y por ello te daremos una serie de indicaciones que te ayudarán a mantenerlo sano.
¿Qué es el tacto?
El sentido del tacto es el más extenso e importante del centenar de sentidos del que se vale el organismo para percibir los estímulos. Su principal órgano es la piel, lo que le permite percibir un centenar de sensaciones desencadenadas por factores externos e internos. Además de sensaciones, el sentido del tacto puede captar la temperatura, el nivel de presión y también genera respuestas a estímulos tanto placenteros como dolorosos.
Este sentido se extiende mediante las terminaciones nerviosas en la mayor parte de los órganos y en todas las capas de la piel. Esto es lo que le vuelve una alerta significativa que contribuye para determinar los posibles riesgos para la salud, o amenazas a las que se expone un individuo. Su función lo hace indispensable para el desenvolvimiento diario, pues del sentido del tacto dependen una gran cantidad de funciones primordiales.
Este le permite al cerebro determinar las agresiones químicas y mecánicas a las que el organismo se expone, y genera una respuesta inmediata a ello. En vista de que este órgano es un pilar indispensable en los procesos perceptivos, ¿Qué podemos hacer para cuidarlo?
Consejos para cuidar el sentido del tacto
Su importancia va más allá de la percepción de estímulos. Este sentido permite la capacidad de mantenernos en pie y en equilibrio, además de que contribuye a la movilidad y a la ubicación espacial. Es fundamental darle un cuidado preventivo, por lo que a continuación te daremos una serie de consejos prácticos que te ayudaran a mantenerlo en condiciones óptimas y saludables:
- Evita en la mayor medida posible la exposición innecesaria a la luz solar. Este es uno de los principales agentes en desarrollar patologías en la piel como el cáncer. Para evitar daños significativos, evita la exposición a la luz solar y utiliza filtros solares de calidad.
- Trata de consumir en promedio dos litros de agua de forma diaria. Esto mantendrá tu piel hidratada y contribuye a su cuidado.
- Al momento de interactuar con agentes químicos como detergentes domésticos u otros de mayor intensidad, utiliza protección adecuada como trajes y guantes.
- Mantén una higiene diaria adecuada y constante. Para ello utiliza productos domésticos apropiados que eliminen la presencia de bacterias.
- Evita la exposición a temperaturas extremas. Sin importar si es un nivel de frío o calor elevado, esto puede desencadenar quemaduras y otros tipos de lesiones en la piel.
Siguiendo cada uno de estos consejos, junto a una higiene adecuada y una dieta rica en productos con alta cantidad de vitamina D, verás que tu piel no solo conservará una limpieza estética sino que mantendrá su capacidad de funcionar adecuadamente.